miércoles, 30 de julio de 2008

Hablando de libertad

Resulta que al salir del trabajo con rumbo a mi casa, es un hecho que el metro irá lleno, demasiado como para no poder entrar (a menos que me sienta una varita de nardo [que no lo soy] y termine empujando a todos, en efecto, así le hacen unos weyes, como me encabrona que hagan eso, por eso, cuando veo que un cabrón tiene esas negras intenciones me pongo machin y no lo dejo entrar, je, toparse con un tipo como yo de más de 100 kilos ps no es fácil mover..), en fin, en esta ocasion note que en el vagón de a lado había suficiente espacio, de menos para 15 personas... al intentar entrar me he dado cuenta que... ese espacio es ocupado por un wey de esos de la calle, que se acuestan en vidrios y que apestan a ThinnerMugreSobacoEtcEtc...

No entraré en detalles de la existencia de estos weyes (por que seguramente me llevaré muchas mentadas de madre de a gratis), pero si se van a poner a mendigar trabajar, deberían hacerlo en otra hora del día, es cierto que el hambre no tiene hora, pero no mamar, tienen todo el puto resto del día.

Es como cuando al venir a la oficina, generalmente el metro esta lleno de personas que vamos a trabajar, ahi el olor es muy variado, diversas fragancias pueden distinguirse (es cierto, hay algunas que provocan MareosDolorDeCabeza), pero sin lugar a dudas, es mejor eso a soportar al wey que a las 8 de la mañana ya le apesta el sobaco, wack!

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